Nota de contenido: |
Miguel de Cervantes nos cuenta la historia de un hidalgo, Alonso Quijano, que enloquecido por la lectura excesiva de libros de caballería donde se narran aventuras fantásticas de caballeros, princesas, magos y castillos encantados... decide emular a un caballero andante. Emprende la travesía con su viejo caballo Rocinante y acompañado de un escudero, Sancho Panza, un labrador al que consigue convencer con promesas de fama y riqueza. Además, como todo caballero, también necesita una dama y convierte el recuerdo de una campesina de la que estuvo enamorado en la hermosa Dulcinea del Toboso, para encomendarse a ella; a sí mismo se rebautiza con el nombre de Don Quijote para embarcarse en un recorrido por España en busca de proezas, justicia y gloria.
La pausada y corriente conversación entre don Quijote y Sancho Panza es algo esencial en la novela. Durante estas andanzas sus caminos se cruzan con otros personajes que cuentan sus historias y que quedan perfectamente individualizados por su modo de hablar: Ginés de Pasamonte, con su orgullo, actitud y jerga; doña Rodríguez demostrando a cada paso su inconmensurable simplicidad; el primo que acompaña a don Quijote a la cueva de Montesinos manifiesta su chifladura erudita; los Duques con su dignidad; el canónigo con su discreción. El vizcaíno, el cabrero y el mismo Sancho con sus deformaciones idiomáticas tan reales provocan la risa del lector. |